“¡Queridos hijos! Orad, orad, y sólo orad,
hasta que vuestro corazón se abra a la fe, como una flor se abre a los cálidos
rayos del sol. Este es un tiempo de gracia que Dios os da a través de mi
presencia, sin embargo, vosotros estáis lejos de mi Corazón, por eso os invito
a la conversión personal y a la oración familiar. Que la Sagrada Escritura sea
siempre un estímulo para vosotros. Os bendigo a todos con mi bendición
maternal. Gracias por haber respondido a mi llamada.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario